La Asociación Dominicana de Rehabilitación (ADR) es una organización sin fines de lucro, pionera en República Dominicana en la Habilitación y rehabilitación de pacientes con discapacidades físicas o intelectuales, proporcionándoles servicios médicos, terapéuticos y educativos con calidad y cercanía, con una visión integral que incluye el acompañamiento en el proceso de inserción social y laboral, procurando disminuir y eliminar los factores que generan discriminación y exclusión.
Nuestra labor está revestida de solidaridad y enfocada hacia la excelencia. Somos referente tanto a nivel nacional como internacional, nos esforzamos en capacitar a nuestro personal médico, terapistas y técnicos para ofrecer la mejor calidad con altos niveles de empatía y procuramos estar a la vanguardia en adelantos tecnológicos que posibiliten mejor atención y productos más eficientes.
Nuestros servicios incluyen medicina física, rehabilitación y educación, pilares que nos permiten restaurar las habilidades, democratizar el acceso al conocimiento y con nuestro programa de formación e inserción laboral, canalizamos la inclusión de personas con discapacidad al mundo laboral.
Proporcionar el más eficiente servicio de rehabilitación para la atención integral a las personas con discapacidad física o intelectual, sin importar su condición socio-económica.
Ser la institución líder en prestación de servicios de rehabilitación integral a nivel nacional con proyección internacional.
Este relato inicia con una joven mujer, menuda y frágil, quien llevó a su hijito fuera del país para que recibiera las atenciones médicas necesarias para superar la poliomielitis, ya que en la República Dominicana no contábamos con los recursos de salud que se requerían. Era el año 1959 y la epidemia causaba estragos entre la población infantil. Aquella joven se angustió pensando en las personas más vulnerables que no disponían de recursos económicos y decidió ser resiliente por el suyo y por todos los niños del país.
Ella consiguió la adhesión de un pequeño grupo de amigos y amigas, y entre todos lograron la constitución de la Asociación Pro-Rehabilitación de Lisiados, en abril de 1963, mediante el decreto 126 del Poder Ejecutivo e iniciamos nuestra andadura en un local de 20 metros, con 20 mil pesos que habían recaudado y el trabajo de varios voluntarios del Cuerpo de Paz, mientras la epidemia presentaba su peor cara, con más de 400 niños afectados en el país.
El impacto de esta labor dio paso a que la secretaría de Salud Pública se acercara a nosotros en busca de incrementar las atenciones y combatir las secuelas de la enfermedad. Fue tal la valoración, que el presidente de entonces, Donald Reid Cabral, cedió en donación los terrenos donde se levantó y continúa hoy la sede nacional.
Cuenta la historia que Mary decidió que su hijo se recuperaría y tendría una niñez normal, integrado en el mundo social. Su inspiración más potente fue la visión de Franklin D. Roosevelt, presidente de los Estados Unidos, dirigiendo a la nación más poderosa del mundo desde una silla de ruedas, a causa de la polio que le afectó en 1921.
Siempre con el impulso del inmenso amor de Mary Pérez de Marranzini, hemos ido creciendo, incrementando la cartera de servicios e iniciamos la necesaria expansión, que inició en 1969 cuando abrimos una Unidad de Medicina Física en el hospital Ricardo Limardo de Puerto Plata, estrenando los años 70 creamos los “Talleres Laborales” y en 1990 iniciamos el proyecto de Rehabilitación Basado en la Comunidad.
En el camino llegaron las vacunas y nos sumamos a las campañas de vacunación, a la lucha por los derechos de las personas con discapacidad, abrimos el ortocentro, y en 1994 se declara al país libre de polio, generamos alianzas dentro y fuera del país, ideamos nuevas formas de captación de recursos. Crecimos.
Año tras año, las necesidades de nuestros pacientes y usuarios han ido sumando posibilidades y abriendo el abanico de nuestra oferta de servicios, complementándolo y consolidándolo, hasta tener la plataforma integral que somos en el siglo XXI, que contempla desde la estimulación temprana hasta la inserción laboral, los cuales son ofrecidos a través de tres programas básicos a nivel nacional: Medicina Física y Rehabilitación, Educación Especial, Formación e Inserción Laboral.
Debido a la pandemia por Covid-19 de 2020, le tocó a Celso Marranzini Pérez, convertido en un hábil y próspero empresario, tomar el relevo en el liderazgo de la Asociación Dominicana de Rehabilitación, donde intenta reciprocar todo el amor recibido de la sociedad dominicana, liderando un proceso de reorganización institucional acorde con los nuevos tiempos.
Nuestra institución, nuestra fundadora y todas las personas que se han involucrado han recibido todos los reconocimientos sociales posibles. Durante 60 años hemos superado crisis de todo tipo, internas y externas, pero nunca nos hemos desenfocado y siempre ha estado presente la solidaridad y la creatividad para hacer posible la maduración de esta obra de amor. Doña Mary Pérez viuda Marranzini sigue siendo el faro de amor que guía a la hoy Asociación Dominicana de Rehabilitación, bajo la dirección del hombre fuerte y también solidario en que se convirtió el niño Celso.
Hoy somos la primera entidad dedicada en el país a la restitución de la calidad de vida a personas con necesidades diferenciadas debido a la discapacidad y en la actualidad trabajamos desde el desarrollo cognitivo a partir del nacimiento, hasta la habilitación física, en nuestras 35 instalaciones, localizadas en 25 provincias.
“Es, pues, la labor de un centro de rehabilitación no sólo restaurar cuerpos sino preparar las mentes, estimular las aptitudes e infundirles el coraje y la determinación necesarios para que ellos puedan vivir y trabajar normalmente en el mundo de los no incapacitados.”
Calle Mary Pérez Viuda Marranzini esquina Leopoldo Navarro, Miraflores, Santo Domingo, RD.
Teléfonos: 809-689-7151 239-400-3409 (Línea internacional)
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El trabajo en equipo es el fundamento de nuetsro trabajo.